Volvemos de vacaciones y sentimos que tenemos que resetear nuestro cuerpo y perder la barriguita que hemos ganado en verano. Hoy te traemos unas pautas que puedes incorporar a tu rutina que te ayudarán con tu propósito y harán que pronto vuelvas a tener tu vientre plano.
1. Evita comer antes de irte a la cama.
Siempre se ha oído aquello de «no comas después de las 9 porque el metabolismo es más lento». Esta afirmación no es cierta, pero si que la ingesta de alimentos a horas tardías puede interferir en nuestra pérdida de peso. La mayoría de las veces nuestra cena es rica en grasas y azúcares y a penas realizamos ejercicio después de ella. Esto significa que nos vamos a la cama con alimento que no quemamos.
2. No dejes que se estropee tu relación con la comida.
Si te privas de todo lo que te gusta al final desarrollas con la comida una relación de estrés y angustia. Esto no debe ser así. Incluso cuando estés a dieta permítete un capricho de vez en cuando. Te ayudará a ser más constante y sin duda serás más feliz. Eso si, come con moderación.
3. Pon atención a la masticación
Concéntrate en la comida y no te distraigas. Si comes frente al televisor o al ordenador es más probable que acabes comiendo más de lo debido y que te sientas menos saciado.
4. Elige comida casera
Para adelgazar es mejor cocinar en casa. Siempre que puedas evita comer fuera, recurrir a los congelados o a la comida a domicilio. Si preparas tu propia comida podrás cuidar más la sal, las grasas o los azúcares que ingieres.
5. Consume fruta al natural.
Un zumo nunca está hecho de una sola fruta y a menudo solemos añadirle algo de azúcar. Por eso es mejor que consumas la fruta directamente. Disminuirás la ingesta de calorías y aprovecharás mejor la fibra.
6.Evita almacenar productos que te tienten
Lo más peligroso de las dietas es el momento en el que te pica el gusanillo y asaltas la despensa. Es importante evitar que los productos procesados y calóricos estén a mano en nuestros armarios. Pon a tu alcance fruta, granos…y evita caer en la tentación evitando lo que te tienta.
7. No confundas sed con hambre.
Ya sabes lo importante que es mantenerse hidratado. Pero además, si bebes al menos 2 litros de agua al día, evitarás comer por confundir la sed con el hambre.
8. Comienza por lo verde
Si tu primer plato es una ensalada, llegarás a los platos más calóricos con menos hambre. De esta forma sentirás que quedas saciado antes con los ingredientes más saludables y necesitarás menos ración de los ingredientes menos ligeros.