El vino de Madrid, como en la mayoría de los casos de la península ibérica, es muy probable que haya tenido su génesis con el imperio romano, aunque no se sabe a ciencia cierta si antes ya se cultivaba la vid en estas tierras.
Los documentos que hablan de la viticultura como actividad agrícola nos llevan al siglo XIII. A partir de allí hubo una evolución constante de los vinos de estas zonas, hasta la llegada de la Corte a la Villa en el siglo XVII. Es entonces cuando estos vinos, sobre todo los de San Martín de Valdeiglesias, adquieren fama nacional. Los Vinos Preciosos producidos en San Martín y criados en Ávila con la variedad Albillo Real eran exclusivos de la corte, los dulces de la zona de Fuencarral, Alcalá de Henares o Valdemoro, elaborados con la variedad Moscatel y eran también muy apreciados por los consumidores. Nos cuenta Pérez Galdós que en Madrid había unas trescientas noventa y un tascas, y que solo la calle Toledo albergaba algo así como una tercera parte de todas ellas. Por supuesto, todas se abastecían con el vino de las proximidades, eran famosas las viñas de Lavapiés, las de la puerta de Toledo, que no gozaban de la calidad de los vinos de las estribaciones de Gredos, pero si eran los más abundantes a mediados del siglo XVIII.
Después de la plaga de la filoxera, ya en el siglo XX el viñedo matritense se volvió a replantar con variedades resistentes a las condiciones climáticas. Fue entonces cuando se introdujeron la Garnacha, la tempranillo, la Airén, o la Malvar y algunas internacionales como la Cabernet Sauvignon o la Sauvignon Blanc; variedades que hoy en día dan vinos excepcionales.
El consejo Regulador divide la zona de la Denominación de Origen Vinos de Madrid en 3 subzonas:
1- Arganda que produce vinos potentes, muy sabrosos y con un gran potencial de guarda. Son vinos muy longevos que destacan por su calidad.
2- La subzona de Navalcarnero produce buenos vinos blancos, rosados y tintos jóvenes, aunque también hay algún vino con cierta crianza.
3- Y la subzona San Martín de Valdeiglesias cuya principal variedad es la Garnacha, que elabora vinos de una calidad incuestionable y que ha puesto a los vinos de Madrid en el portfolio de los grandes vinos de España. Son vinos robustos, muy frutales, con aromas a monte bajo, donde destacan las hierbas que crecen en nuestros campos como el tomillo, el romero, la jara o la lavanda. Los blancos de esta zona se elaboran con la variedad Albillo Real principalmente, y son vinos potentes y complejos, con baja acidez pero muy equilibrados. Vinos para descubrir.
Asi que si quieres conocer más sobre estos vinos puedes acercarte a nuestro puesto Maracuyá en la planta baja del mercado, aquí estaremos gustosos de hablar de este producto que tanto nos emociona. Nos vemos en el Mercado.
¡Salud!
Post escrito por @adeerre del puesto Maracuyá, especializado en vinos, del Mercado de la Cebada.
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